|  |   | Pons, X. 1996. "Estimación 
              de la Radiación Solar a partir de modelos digitales de elevaciones. 
              Propuesta metodológica". A: VII Coloquio de Geografía 
              Cuantitativa, Sistemas de Información Geográfica y 
              Teledetección. Juaristi, J. i Moro, I. (eds.) Vitoria-Gasteiz.   ESTIMACIÓN DE LA RADIACIÓN SOLAR 
              A PARTIR DE MODELOS DIGITALES DE ELEVACIONES. PROPUESTA METODOLÓGICA. 
             Xavier PONS Departament de Geografia i Centre de Recerca Ecològica 
              i Aplicacions Forestals UNIVERSITAT AUTÒNOMA DE 
              BARCELONA 08193 Bellaterra RESUMEN 
              Se presenta una metodología para el cálculo de la 
              radiación solar potencial en cualquier zona de la Tierra 
              de la que se disponga de un modelo digital de elevaciones. El método 
              contempla la trayectoria solar a lo largo del día, la distancia 
              Tierra-Sol, la extinción atmosférica, los ángulos 
              de incidencia en cada punto y los ocultamientos topográficos 
              en cada punto. Se aplica el modelo para generar 12 mapas mensuales 
              y 1 mapa anual en la zona de Cataluña. ABSTRACT 
              We present a methodology to compute the potential incoming radiation 
              on any part of the Earth where a digital elevation model is available. 
              The method takes into account the Sun path through the day, the 
              Sun-Earth distance, the atmospheric attenuation, the incident angles 
              on each point and the cast-shadow effects on each point. We apply 
              the model to generate 12 monthly maps and one annual map on the 
              Catalonia area. 1. INTRODUCCIÓN I OBJETIVOS  El Sol transforma, cada segundo, unos 4 millones 
              de toneladas de su masa en energía. Esta cantidad ingente 
              representa, para la Tierra, un foco energético de 1.779·1011 
              MW de potencia, que la sociedad humana y la biosfera utilizan de 
              forma directa o indirecta (VIDAL 1989). La importancia 
              de conocer con cierto detalle la energía solar que incide 
              en un lugar el globo tiene una enorme importancia en términos 
              ecológicos y económicos (el Sol proporciona el 99.97% 
              de la energía usada en la superficie de la Tierra para todos 
              los procesos naturales). En Cataluña, por ejemplo, la radiación 
              global media diaria está sobre 14.5 MJ·m-2 (BALDASANO 
              et al. 1994). Existen algunas obras publicadas (NÚÑEZ 
              y PÉREZ 1977, FONT TULLOT 1983, BALDASANO 
              et al. 1994) que recogen datos de radiación solar 
              en forma de mapa. Sin embargo, estos trabajos normalmente se basan 
              en la toma puntual de datos que después son extrapolados 
              con técnicas numéricas para cubrir todo el territorio 
              a cartografiar (superficies de tendencia, kriging, etc.). 
              El inconveniente de estas técnicas radica en que no utilizan 
              ningún dato auxiliar para inferir los valores del mapa. De 
              esta manera, dos estaciones que presenten valores similares de un 
              parámetro climático (en nuestro caso la radiación 
              solar) y situadas a similar latitud no mostraran ningún gradiente 
              entre ellas, mientras que si existe un macizo montañoso entre 
              las estaciones, resulta claro que la radiación solar sufrirá 
              cambios importantes que un buen mapa debería reflejar. Estos 
              mapas a menudo obvian el problema definiendo que el cálculo 
              se realiza sobre zonas planas o en superficies perfectamente orientadas, 
              buscando la máxima insolación. Este planteamiento 
              hace que los mapas sean correctos en sus pretensiones pero, aunque 
              son útiles para el diseño de instalaciones solares 
              (que orientarán los captadores en la dirección adecuada), 
              resultan e mucho menor interés en estudios de distribución 
              de vegetación, correlación con las temperaturas, etc., 
              porque el terreno ya tiene una orientación dada.  En este trabajo pretendemos 
              hacer una aproximación a la radiación solar que llega 
              a la superficie de la Tierra pero intentando modelizar físicamente 
              el proceso sobre factores que podamos reproducir para cada punto 
              del territorio (grado de exposición topográfica, ocultamiento 
              topográfico, posición solar, etc.) a partir de datos 
              astronómicos y de la disponibilidad de un modelo digital 
              de elevaciones. De esta manera podremos confeccionar mapas de radiación 
              solar que realmente tengan en cuenta la energía que llega 
              a cada lugar del territorio, lo cual es importante si queremos comprender 
              muchos aspectos de la geografía del planeta.  En el trabajo que presentamos calculamos 
              la radiación potencial mensual y anual sobre Cataluña, 
              (doce mapas mensuales más uno anual). Nos referimos a radiación 
              potencial porque consideramos condiciones de atmósfera estándar 
              (clara y sin nubes) ya que todavía no hemos introducido la 
              consideración de la cubierta de nubes en cada época. 
              El pequeño número de estaciones meteorológicas 
              dotadas de instrumentos de medida de radiación solar o, simplemente, 
              de registro cuantitativo de la cubierta de nubes, y la poca longitud 
              temporal de los ciclos disponibles han hecho aconsejable presentar 
              los resultados sin incluir este factor. Además, no podemos 
              olvidar que esta situación es todavía la mayoritaria 
              en toda la Tierra. 2. MODELO DE RADIACIÓN 2.1. El papel del Sol 2.1.1. La radiación solar 
              en el techo de la atmósfera  El flujo energético (energía 
              por unidad de tiempo) recibido por unidad de superficie de un receptor 
              se denomina irradiancia. El conocimiento de la irradiancia solar 
              que llega al exterior de la atmósfera terrestre (irradiancia 
              solar exoatmosférica o constante solar) es de suma importancia 
              para estimar la que posteriormente llegará a cada punto de 
              la superficie terrestre (v. 2.2). La Organización Meteorológica 
              Mundial recomienda usar, como valor medio de la constante solar, 
              1367 W·m-2 (WMO 1982). Este valor, también 
              recomendado por la International Association of Meteorology and 
              Atmospheric Physics (IAMAP) (LONDON y FROHLICH 
              1982), es el que adoptaremos en este trabajo y lo expresaremos 
              con el símbolo S0. WILSON (1993) 
              expone diversos valores obtenidos entre 1976 y 1985; en esta serie 
              se observa un rango de variación entre 1367.1 y 1368.1 W·m-2.  El valor de S0 se da a 
              la distancia media de la Tierra al Sol a lo largo de su órbita 
              anual, es decir cuando la Tierra está a 1 U.A. (unidad astronómica) 
              de distancia de la Tierra. En 2.1.2 veremos 
              cómo modular este valor.  Los cambios puntuales en la actividad 
              solar no los hemos considerado modelizables a pesar de poder provocar 
              cambios sensibles en el valor de S0 (WILSON, 
              1993).  Para ciertos fines, más que S0, 
              que es una medida integrada a partir de la energía que llega 
              en todas las longitudes de onda, resulta más útil 
              fijarse en la irradiancia solar exoatmosférica espectral 
              S0(l), que se expresa 
              en W·m-2·mm-1 
              y se refiere a la energía que llega en una determinada región 
              del espectro electromagnético. Una típica aplicación 
              de esto es la correlación con datos de fotosíntesis 
              vegetal (evaluación de cosechas), de distribución 
              de vegetación, etc.; en el caso de los estudios relacionados 
              con la vegetación, la energía que realmente interviene 
              en el fenómeno que queremos estudiar es la comprendida en 
              les regiones azul (0.45-0.52 mm) 
              y roja (0.63-0.69 mm) del espectro. 
              Además, téngase en cuenta que la máxima intensidad 
              de radiación se produce sobre los 0.5 mm, 
              con lo que estas regiones espectrales son indicativas de la irradiación 
              energética global. Utilizaremos como valores de referencia 
              de S0(l) los siguientes 
              (DOZIER 1989, FINLAYSON-PITTS y PITTS, 
              1986): azul (0.485 mm): 1957 W*m-2*mm-1 
              y rojo (0.660 mm): 1557 W*m-2*mm-1 2.1.2. La distancia 
              Tierra-Sol  El cálculo de la distancia 
              Tierra-Sol, en unidades astronómicas (U.A.), se puede efectuar 
              a partir de la siguiente fórmula (YANG y VIDAL, 
              1990). 	R = 1/ {[1+e·cos({d-4}·2p 
              /365.25)] / (1-e2)} siendo d el día del año 
              (1-365) y e la excentricidad de la órbita terrestre 
              (0.01673). El papel de R en la modulación 
              de S0 puede ser expresado mediante la relación: 	S0' = S0/R2. 2.1.3. La posición del Sol 
              en la bóveda celeste  La radiación que llega a una superficie 
              depende de cómo está orientada esta respecto a la 
              fuente de energía, y concretamente depende del coseno del 
              ángulo de incidencia. En nuestro caso cada superficie es 
              una celda del Modelo Digital de Elevaciones (MDE) y la fuente de 
              energía es el Sol.  Nótese que, dado que el Sol no ilumina 
              perpendicularmente todos los puntos de la Tierra, estos no reciben 
              toda la energía exoatmosférica que ilumina el disco 
              terrestre, sino la energía disminuida en un factor cos(angl_inc.) 
              y que, naturalmente, también ha sido disminuida por el efecto 
              amortiguador de la atmósfera.  Si hacemos pasar un plano por las Z (altitudes) 
              de las 4 o 8 celdas vecinas a cada celda del MDE podemos calcular 
              el vector tridimensional ortogonal al plano que describe su orientación 
              espacial. Por otro lado, este vector forma con la posición 
              solar (definida por su acimut y su altura: "vector solar") el ángulo 
              de incidencia que buscamos. Los detalles del cálculo trigonométrico 
              pueden ser consultados en PONS (1990).  En nuestra implementación la posición 
              del Sol se calcula para cada uno de los 12 meses del año, 
              pero, de acuerdo con CORONAS et al. (1982, p. 
              23) y con MITJÀ y BATALLA (1982, p. 16) 
              no lo hacemos el día 15, sino el día para el cual 
              la radiación exoatmosférica es más parecida 
              a la media mensual para el mes considerado. Hemos calculado cuáles 
              son esos días, de enero a diciembre: 19, 15, 16, 15, 15, 
              14, 19, 17, 16, 16, 15, 14. Otra posibilidad, 30 veces más 
              costosa en cálculo pero muy poco más precisa, sería 
              calcularlo para cada día del mes y promediar.  Una vez definidos los días en que calculamos 
              la radiación solar, la posición del Sol se calcula 
              cada hora a partir de la media hora posterior al alba, y hasta la 
              puesta. En cada posición se realiza el cálculo de 
              energía incidente para cada celda del MDE y se integra para 
              toda la hora. La posición solar, dada por su acimut y altura, 
              se obtiene a partir de conocidas fórmulas astronómicas 
              (véase, por ejemplo, CORONAS et al., 
              1982 o MITJÀ y BATALLA, 1982) que toman 
              las coordenadas geodéticas del lugar, la fecha y la hora. 2.2. El papel de la atmósfera 2.2.1. Modelos sin atmósfera  Es posible plantear el estudio de la radiación 
              incidente sin tener en cuenta la atmósfera (FELICÍSIMO 
              1992). Sin embargo, el resultado numérico sólo 
              tiene valor comparativo entre zonas próximas geográficamente 
              (sometidas a regímenes de nubosidad similares) y no puede 
              ser comparado con mediciones reales de radiación efectuadas 
              sobre la superficie terrestre. 2.2.2. Modelos basados en atmósferas 
              estándar  La radiación total (Etot) 
              que llega a una superficie terrestre puede definirse por: 	Etot = Ei 
              + Edif + Er siendo Ei la radiación 
              directa, Edif la radiación difusa y Er 
              la radiación reflejada (MITJÀ y BATALLA, 
              1982). La modelización del amortiguamiento atmosférico 
              ha sido abordada, entre diversos colectivos, por los investigadores 
              en teledetección (BARIOU 1984, TANRÉ 
              et al., 1986 y 1990); en este, como en otros campos, 
              hallamos desde soluciones muy simples a modelos muy complejos pero 
              difícilmente aplicables por falta de conocimiento de datos. 
              Una expresión ampliamente utilizada propone: 	Ei = S0'·e(-t0/m0) donde m0 
              es el coseno del ángulo de incidencia y t0 
              es la densidad óptica de la atmósfera.  En situaciones de atmósfera 
              limpia y con pocas nubes es posible definir valores estándar 
              para t0. DOZIER 
              (1989) cita algunos U.S. Standard values referidas a 
              las longitudes de onda antes comentadas: azul=0.5, rojo=0.25. Si 
              se desea trabajar en todo el espectro pueden usarse los valores 
              de ROTHERMEL et al. (1986) mostrados en 
              el siguiente cuadro: 
              
                | 	Valor 
                    de t0  | 	Descripción cualitativa |  
                | 0.223  | 	Atmósfera excepcionalmente 
                    clara |  
                | 	0.288 | 	Atmósfera clara forestal 
                    media |  
                | 	0.357 | 	Neblina forestal moderada 
                    (azul) |  
                | 	0.511 | 	Neblina densa |   También puede hacerse 
              una estima empírica a través de datos de radiación 
              solar directa tomada en observatorios (e.g., Instituto 
              Nacional de Meteorología, 1986).  Respecto a Edif, diversos 
              estudios han mostrado que Edif/Etot varía 
              inversamente en función de la proporción Etot/S0. 
              Según los autores, pueden aplicarse diversas funciones de 
              ajuste: lineales (PAGE 1986), cúbicas (LIU 
              y JORDAN 1960) o más complejas (COLLARES 
              y RABVL 1979). Si se opta por aplicar un modelo de días 
              claros, puede asumirse la aproximación que Edif, 
              es el 20% de Ei. 2.2.3. La nubosidad  Cuando la cubierta de nubes es importante, o cuando 
              una zona está en la sombra, Ei vale cero, y Etot 
              proviene mayoritariamente de Edif. El problema al realizar 
              un mapa de radiación media mensual o anual es saber la proporción 
              de nubes que, en promedio, hay en una zona y qué efecto tienen 
              sobre la radiación. La medida tradicional en octavos de cielo 
              cubierto es poco adecuada para la modelización. Además, 
              NÚÑEZ y PÉREZ (1977, p.36) 
              no obtuvieron correlaciones muy fieles entre cobertura de nubes 
              e insolación (r=0.70) (véase también ROBINSON, 
              1966, capítulo 4). Una aproximación mucho mejor 
              es utilizar datos de estaciones con lectura de radiación 
              solar. En este caso, la comparación de los datos potenciales 
              (convenientemente recalculados para tipos de superficies equivalentes 
              a las que representan los sensores de les estaciones a nivel de 
              orientación hacia la fuente de luz) con los datos reales 
              permitirá solucionar simultáneamente dos problemas: 
              el de la nubosidad y el del ajuste sobre datos reales, haciendo 
              que el modelo proporcione datos con un sentido físico bastante 
              aceptable. Las estaciones del INM que toman datos de radiación 
              solar, en Cataluña y su entorno inmediato son sólo 
              8 (Instituto Nacional de Meteorología 1986). 
              A nivel español, la situación no es mejor: en 1983 
              había 35 estaciones del INM funcionando, de las cuales sólo 
              7 tenían un registro superior a 5 años (FONT 
              TULLOT 1983). La situación ha ido mejorando en los últimos 
              años, pero debe recordarse que para la mayoría de 
              lugares del planeta continuamos sin tener estaciones con registro 
              de radiación solar. 2.3. El papel de la orografía  El papel de la orografía viene dado por 
              diversos factores. En primer lugar tenemos el ángulo de incidencia, 
              el coseno del cual modula qué parte de la energía 
              realmente llega por cada m2 de superficie de terreno. 
              Si dicho ángulo es superior a 90° 
              , los valores negativos del coseno simplemente indican que no llega 
              radiación solar directa (self-shadowed areas).  En segundo lugar, el relieve influye provocando 
              zonas topográficamente ocultas respecto a la fuente de radiación 
              (cast-shadowed areas). Utilizamos para este cálculo 
              una modificación propia del algoritmo propuesto por DOZIER 
              et al. (1981). Aunque esta consideración es costosa 
              en tiempo de cálculo, se hace imprescindible en estudios 
              que consideran la radiación integrándola des del alba 
              hasta el ocaso.  En este estudio no tenemos en cuenta la radiación 
              reflejada por superficies vecinas (Er) ni, en el cálculo 
              de la radiación difusa, la cantidad de bóveda celeste 
              que un horizonte de montañas oculta (GRACIA 
              1983). En el primer caso la razón es la imposibilidad 
              de crear una aproximación realista; en el segundo caso la 
              razón es en términos de tiempo de cálculo y 
              papel relativamente poco importante, aunque planeamos integrarlo 
              en un futuro próximo. 3. IMPLEMENTACIÓN DEL 
              MODELO 3.1. Características 
              del modelo de radiación propuesto * Factores que el modelo tiene en 
              cuenta - Trayectoria solar a lo largo del 
              día (horaria) - Distancia Tierra-Sol (mensual) - Extinción atmosférica - Ángulos de incidencia en cada 
              punto (precisión dependiente de la resolución planimétrica 
              del MDE, en este caso de 500 m de costado de celda) - Sombras proyectadas (ocultamientos 
              topográficos) en cada punto (precisión en acimut: 
              10° , precisión en altura: 
              1° ) * Factores que el modelo NO tiene 
              en cuenta - Variaciones latitudinales de la posición 
              solar, ya que esta se calcula, en todo momento, para el centro del 
              MDE sobre el cual estamos efectuando los cálculos. Si la 
              zona tuviera un importante gradiente latitudinal (más de 
              3°) sería necesario dividir 
              el fichero en fajas transversales o adaptar el programa convenientemente. - Curvatura de la radiación 
              al alba y en el ocaso por efecto de la refracción atmosférica. - La extinción de la luz no 
              sigue la misma función exponencial negativa cuando los ángulos 
              de incidencia son muy grandes (alba y ocaso). Sin embargo, en estos 
              casos la energía que llega es muy pequeña y, pues, 
              el error. - Variaciones de la radiación difusa en 
              función de la proporción de radiación total 
              respecto a la exoatmosférica. 3.2. Características 
              del Modelo Digital de Elevaciones utilizado  Resolución: 500 m en x y en y. Precisión 
              planimétrica: 50 m. Precisión altimétrica: 
              20 m. Ámbito: Cataluña (132857 celdas). Fuente: Sistema 
              d'Informació Territorial de Catalunya (SITC), depurado por 
              la UAB. 3.3. Software desarrollado 
              y características del producto obtenido  Para este modelo se ha desarrollado un conjunto 
              de programas en lenguaje C. El proceso final da lugar a 13 ficheros 
              correspondientes a la insolación potencial mensual de los 
              12 meses del año más un mapa de la radiación 
              potencial anual. Las unidades en qué se expresan los resultados 
              son 10 kJ·m-2·día-1·mm-1, 
              de acuerdo con la escala establecida el 1980 como Referencia Radiométrica 
              Mundial (WRR) (Instituto Nacional de Meteorología 
              1986). Los valores de cada mapa se almacenan en ficheros de 
              valores enteros que ocupan 2 bytes (16 bits) por cada celda. 4. RESULTADOS  La siguiente tabla muestra los valores de irradiación 
              en la región espectral del azul durante los meses de los 
              solsticios y equinoccios para tres zonas seleccionadas: Una umbría 
              (cara N) y una solana (cara S) del Cadí (una cordillera de 
              alineación prácticamente perfecta W-E) y una zona 
              plana (el propio mar). 
              
                |  | 	Radiación 
                    Solar (10 kJ·m-2·día-1·mm-1) 
                 |  
                |  | Mín-Máx | Umbría 
                    Cadí | Mar | Solana Cadí |  
                | Marzo | 304-2423 | 1174 | 1820 | 2382 |  
                | Junio | 644-3538 | 3105 | 3489 | 3277 |  
                | Sept. | 364-2664 | 1562 | 2183 | 2639 |  
                | Dici. | 80-1008 | 80 | 480 | 932 |   Nótese que la solana del Cadí, como 
              zona de extraordinaria pendiente, llega a presentar en verano (con 
              el Sol muy alto) valores más bajos que una zona plana (mar), 
              ya que los ángulos de incidencia llegan a ser mayores que 
              en las mismas zonas planas. REFERENCIAS BALDASANO, J.M., 
              J. CALBÓ y J. MORENO (1994) Atlas de radiació solar 
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